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Celebrando el cartel de Asuntos Domésticos

Impresionada con la sutileza y belleza del cartel diseñado por Javier Peirot para Asuntos Domésticos, me he puesto a reflexionar sobre el arte de los carteles de cine, a veces ensalzando a la estrella, otras sólo aprovechándose de ella; realzando la fotografía y espacio, y en otras subrayando un concepto, una marca. Es un trabajo apasionante, tan creativo como complicado, como se puede apreciar por la sobreabundancia de carteles malos que inundan la ciudad y que seguramente alguien ha tenido que dar por buenos.

Muchas películas las he buscado incansablemente después de haber quedado fascinada por un cartel que incluía una imagen dibujada de una escena, o una composición que en realidad no estaba en la película. El primer cartel que adornó mi cuarto universitario era de Lo que el viento se llevó. Otro que conseguí enseguida fue, cómo no, el de Desayuno con Diamantes. La idea para Asuntos Domésticos era basarse en una foto de Helena Miquel y Alex Brull, con la luna dando cierto misterio, pero la creación de Javi, vosotros me diréis vuestra opinión, superó mis expectativas.

Los carteles o posters se usan desde el inicio de las proyecciones cinematográficas, en los teatros para atraer al público. Desde 1900 se comenzaron a utilizar ilustraciones en color que plasmaran algún momeneto de la película.

Eran propiedad de la distribudora y se le devolvian una vez terminada el periodo de proyeccion de la pelicula. En Estados Unidos existía una sociedad llamada National Screen Service que distribuía, reutilizaba y almacenaba copias de los posters desde 1940 hasta 1984 fecha en la que los estudios comenzaron a controlar la produccion y distribucion de las imagenes publicitarias de las peliculas y carteles.

A medida que el diseño de los poster se estilizaba, comenzaron a aparecer coleccionistas. Cuando el NSS cerró en 1985, sus posters fueron a parar a coleccionistas privados y tratantes de carteles. En Diciembre de 1990 se celebró la primera subasta de carteles de coleccionista. El record del precio alcanzado en subasta por un cartel lo mantiene Metrópolis de Fritz Lang, por el que se pagó $690,000 en 2005. Otras películas de género que han batido records son The Mummy $452,000 en Sotheby's 1997 y posters de The Black Cat y Bride of Frankenstein adjudicándose por $334,600. El cartel de Frankenstein, de 6 pies de altura del que solo se conoce una copia, se considera el cartel más valioso del mundo.

En ocasiones se han utilizado carteles vintage para empapelar paredes (como en el hotel PRAKTIK Garden donde pudimos rodar parte de Asuntos Domésticos). En 2012, se encontraron 33 carteles en un ático de Pensylvania, incluyendo un Drácula de 1931 que fue subastado por 502.000$.

El tamaño de los carteles varía según los países, siendo los mayores los de EEUU de tamaño panorámico (6250x2740mm), llamados billboard. Para las paradas de metro o bus, se usan los de Tipo retrato, de 1016mm x 1524mm.

Billing block, es el nombre de los títulos que hay en el pie del cartel, debajo de la fotografía central y título, que se distingue por tener una tipografia condensada, de un tamaño paroximádamente un 25% del tamaño promedio del título.

Aquí algunos reputados artistas de carteles, que por cierto, no suelen firmar.Saul Bass, es un conocido artista de títulos de crédito, que firmó carteles como el de Vertigo, el Resplandor o Ariane.Bill Gold, autor de Casablanca, La NAranja Mecánica

John Alvin, autor de Blade Runner, ET, El Rey león

Burt Kleeger, colaborador habitual de W.Allen en películas como Interiores, Manhattan, La Rosa Purpura del Cairo, Sombras y Niebla

Y aquí os dejo un post muy currado con imágenes de carteles que se han copiado y repetido (y lo que queda). http://blogs.lainformacion.com/strambotic/2011/11/14/carteles-cine/

Alexia Muiños

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